Los 5 problemas más típicos en las ruedas de las motos

Las ruedas son una parte vital de cualquier moto: de su agarre y comportamiento depende su estabilidad. Pero no siempre las llevamos en las mejores condiciones, y cada cosa que no esté en su punto puede implicar un problema. Veamos los más habituales y cómo corregirlos.

Es el elemento de seguridad más importante de cualquier moto: los neumáticos son nuestro único punto de contacto con el suelo. Pero además de eso, de asegurar el agarre, como las motos inclinan en las curvas también determinan el comportamiento: agilidad, estabilidad o precisión dependen de la forma que adopta en marcha cada neumático. Y eso depende de su construcción, pero también de su presión de hinchado y de su estado. Veamos cuáles son los cinco problemas más típicos que solemos ver en las ruedas de las motos.

 

Presiones incorrectas

No nos cansaremos de insistir en este tema: las presiones de hinchado de las ruedas de tu moto son VITALES para su comportamiento y tu seguridad. Un coche puede circular con las ruedas mal de presión, tanto como más de un kg fuera de margen, y la mayoría de conductores ni lo notaría ni eso haría al coche particularmente inseguro (salvo en caso de emergencia). Un coche, de hecho, puede circular con una rueda pinchada…

Una moto, no. Dale a un piloto algo sensible una moto con las ruedas dos décimas mal y se dará cuenta enseguida. Un exceso de presión no es un gran problema: el neumático se deforma menos al rodar, se calienta por eso también algo menos, y la “huella” (pisada) será algo menor, de forma que perderemos algo de agarre. Mucho peor es lo más habitual: llevarlas deshinchadas. La presión baja deforma demasiado el neumático y hace la moto torpe, poro ágil, “dura” de pilotar. Además hace perder estabilidad, y puede provocar un sobrecalentamiento (por más deformación al rodar). Controla las presiones de tu moto con frecuencia (cada dos semanas o antes la menor sospecha de que “va mal”) y ante la duda déjalas más hinchadas que menos.

Desgaste excesivo

Es el otro problema más común que podemos encontrar si revisamos las ruedas de las motos que vemos por la calle. Con los kilómetros se desgasta la goma, y llega un punto en el que la rueda pierde el dibujo. Ahí es donde la ley nos obliga a cambiarlo, aunque seguramente mucho antes de eso el neumático ya no estaba ofreciendo las mismas prestaciones ni agarre de cuando estaba más nuevo. En el neumático delantero esto suele ocurrir en los flancos y el problema puede ser el escalonado (siguiente punto). En el neumático trasero y en uso de calle se queda siempre la parte central más gastada hasta perder el dibujo. El ahorro por estirarlo unos cientos de kilómetros más es incomparable con el riesgo de tener un problema por falta de agarre.

Goma escalonada

Cuando la goma se gasta, no lo hace de forma perfectamente regular. El neumático delantero se gasta por los flancos mientras el trasero se gasta por su parte central. En función de nuestra conducción, moto y tipo de neumático, a veces ocurre que se forma un claro escalón. En el neumático delantero, ese escalón suele perjudicar el comportamiento de la moto: costará más hacerla entrar en curva, y luego puede “caerse” hacia dentro de golpe o exigirnos mantener esa mayor fuerza para mantenerla inclinada. En el neumático trasero y a medida que se va quedando “plano”, la moto pierde precisión y estabilidad, incluso puede hacerse también menos ágil en la entrada de curva. Cuando reemplazas un juego de neumáticos gastados y escalonados, lo que notas en la primera esquina no es que agarran más: es que la moto ha recuperado su agilidad y estabilidad.

Goma envejecida

Hay muchas personas que hacen pocos kilómetros al día y siempre dejan la moto aparcada en la calle. A lo mejor su moto de hace diez o quince años todavía lleva los neumáticos originales porque no han circulado lo bastante como para gastarse (del todo)… Pero el sol y el tiempo son implacables: la goma no es eterna, se va endureciendo, se cuartea y pierde propiedades. Cada vez es menos elástica, con lo que no sólo pierde agarre sino también capacidad de calentarse y agarrar más. Fíjate de cerca, pasa las yemas de los dedos, intenta clavar una uña en la goma, y hazlo también en una moto cercana que sea nueva para darte cuenta de la diferencia. El riesgo de usar ruedas envejecidas es mayor en los primeros kilómetros, con frío o humedad: es absurdo jugársela por lo que cuesta un juego nuevo y la seguridad que te darán.

Pinchazo

Alguna vez hemos visto ruedas tan deshinchadas por la calle que parecían pinchadas… Por desgracia su dueño no suele tener esa excusa para explicar su dejadez (y poca sensibilidad debo añadir). Pero con los presupuestos de los ayuntamientos y otras administraciones cada vez más bajos, en las calles y carreteras cada vez se acumulan más restos capaces de provocar pinchazos: cristales, clavos, alambres… Si además de vez en cuando usas el arcén, aumentas el riesgo. Y si llevas las ruedas gastadas, la capa de goma más fina te protege menos de eso. Cuidado con los arreglos: los “spray” no son seguros salvo en poros pequeños, y las reparaciones tipo “gusano” no aguantarán un uso intensivo y perderlo puede deshinchar la rueda muy rápido (vías rápidas). Si la rueda era muy nueva busca una buena reparación, si no quizás sea mejor cambiarla (excepción son las cámaras, más delicadas pero más sufridas y baratas).

 

Fuente: Soymotero.net

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